Desde 1898 los presos de la cárcel de Berlín-Tegel confeccionan la ropa que usan como uniforme dentro de la penitenciaría. Con tejidos resistentes y diseños funcionales, las prendas debían ser cómodas y servir para trabajar. Ahora, esta ropa se vende por internet.

"La princesa estaba dormida esperando que la besáramos para despertarla", declaró a este diario Stephan Bohle, director de la agencia de publicidad Herr Ledesi, que comercializa la ropa. "En marzo del 2003 leímos en el periódico que los internos de Tegel se hacían su propia ropa y fuimos a verla. Tras negociar con las autoridades, seleccionamos las prendas más atractivas y creamos un concepto de marca e imagen", recuerda Bohle, que ha utilizado como modelos a expresidiarios que están en libertad condicional.

Así nació Haeftling (significa preso), cuya tienda on line fue lanzada a comienzos de julio. Antes de crear una campaña publicitaria habían surgido compradores de Los Angeles, Nueva York, Toronto, Buenos Aires, Londres, Johannesburgo, Estocolmo, Madrid, Tokio y Sydney, interesados por las camisas a rayas confeccionadas por asesinos, violadores y traficantes.

"A las tres semanas estábamos tan desbordados que tuvimos que cerrar la web", recuerda el publicista. Volvieron a abrirla a finales de noviembre. Desde comienzos de febrero la web también está en inglés y las botas de trabajo, bolsos de cuero y pantalones vaqueros hechos por manos delictivas se distribuyen por toda la Unión Europea.