El Artico se funde. Las temperaturas en el polo Norte están subiendo el doble que en el resto del mundo, lo que amenaza no sólo la flora y fauna del propio Artico, sino que tendrá consecuencias para el resto del mundo, como una subida aún más pronunciada del nivel del mar a causa del deshielo.

La Evaluación del Impacto del Clima Artico (ACIA), un estudio realizado por 250 científicos y supervisado por ocho países que lindan con el Artico (EEUU, Canadá, Rusia, Dinamarca, Islandia, Suecia, Noruega y Finlandia), hizo sonar ayer nuevamente la alarma sobre los efectos preocupantes del calentamiento global. El informe fue presentado en el inicio del simposio sobre los cambios en el clima del Artico en Reikiavik.

Emanación de gases

"El clima del Artico está calentándose con rapidez y se esperan cambios aún mayores en el futuro", alerta el estudio, que prevé una subida de la temperatura en la zona polar de entre 4 y 7 grados para los próximos 100 años. La subida es más grande en el Artico porque el agua y tierra oscuras, que absorben más calor, ocupan el lugar del hielo y nieve blancos, que reflejan la luz solar. El informe recuerda que la principal razón de este cambio es la actividad humana, con una creciente emanación de gases de efecto invernadero, sobre todo el dióxido de carbono.

Las consecuencias negativas del calentamiento del polo norte y sus alrededores son casi incontables, todas a raíz de la paulatina desaparición de hielo y glaciares. Así, a finales de siglo, el hielo que, de momento, se mantiene en el mar durante los meses de verano habrá desaparecido por completo. Ya se ha perdido en los últimos 30 años entre un 15% y 20% de este hielo de verano, algo que sufren sobre todo los osos polares. "La reducción de hielo en el mar limitará el hábitat marino de osos polares, focas que viven en zonas polares y algunas aves marinas, empujando algunas especias hacia la extinción", advierten los científicos.

Otros animales amenazados serán los renos y búhos polares, ya que su hábitat será invadido por especies que llegan desde zonas más cálidas. Donde ahora pastan los renos, en el futuro podría haber ganadería; donde ahora hay tundras, en un siglo habrá árboles y más vegetación; y donde ahora hay un ambiente fresco y seco, habrá más humedad y calor que atraerá insectos y enfermedades hasta ahora desconocidas más allá del círculo polar.

Estas son sólo algunas de las 10 conclusiones principales y preocupantes a las que llega el estudio. La contrapartida, algunos aspectos beneficiosos, apenas sirven de consuelo. Así, al desaparecer el hielo del mar aumentará el hábitat de peces como el bacalao y el arenque, lo que beneficiará a los pescadores. Será más fácil llegar a pozos petrolíferos y burbujas de gas aún sin explotar y se abrirá para los barcos una ruta más navegable entre el Pacífico y el Atlántico.

"El protocolo de Kioto para la reducción de emisión de gases ha sido sólo un primer paso, pero este estudio demuestra claramente que Kioto no es suficiente. Hay que reducir más", comentó ayer Knut Hareide, el ministro de Medio Ambiente de Noruega.