Ha sabido sacar partido a una situación que sufren millones de personas hoy día, el paro. José Luis Barrante Barriga es un placentino de 42 años, albañil de profesión, que ha decidido matar dos pájaros de un tiro y hacer una actividad que le gratifica al tiempo que contribuye a adecentar su barrio.

Así, en lugar de quedarse en casa, ha transformado un descampado situado en la calle donde reside, Pablo Iglesias, en un lugar salpicado por réplicas de monumentos en miniatura que ha llamado la atención de placentinos y foráneos y le ha proporcionado además una satisfacción personal.

José Luis cuenta que todo surgió "porque como hay tanto paro y no hay trabajo, me pareció una forma de entretenerme . Pero su labor no solo ha supuesto un beneficio para él sino también para su barrio al actuar sobre una zona que "estaba abandonada. Era un descampado lleno de tierra y basuras, así que lo primero que hice fue limpiarlo y después ponerme a construir".

Comenzó esta tarea el pasado verano y desde entonces, ya ha construido una iglesia de estilo barroco, una réplica del santuario de la Virgen del Puerto y otra de los Arcos de San Antón que está aún por terminar.

Tres son los ingredientes básicos para su construcción: piedra, arena y cemento. La primera la conseguido buscando por los alrededores de su barrio y para lograr la arena y el cemento ha contado con la colaboración de los trabajadores de la empresa del agua, que cuenta con unos depósitos cercanos. "Allí tienen mucha arena y cemento y me los facilitan los de la compañía".

Con este material y con su esfuerzo ha conseguido hacer algo "que no había hecho nunca porque en la albañilería no se hace esto". Además, advierte que le lleva tiempo porque "puedo tardar hasta dos meses en hacer una obra y para hacer un arco del acueducto, dos o tres días".

No se olvida del apoyo de la parroquia del barrio, propietaria del terreno donde ha levantado sus réplicas, porque "vino el cura y desde el primer momento me dijo que tenía vía libre para hacer lo que considerara".

El resultado son monumentos que superan en algún caso el metro de alto y los dos metros de largo y que se mantienen intactos pese al paso del tiempo y no solo porque las inclemencias del tiempo no les hayan perjudicado sino también por el respeto de los vecinos, que ensalza. "Estoy muy contento porque a todo el mundo le gustan y lo respetan".

Por eso, porque todo son satisfacciones, José Luis no duda de que quiere continuar con sus construcciones y ya tiene previsto su próximo proyecto: levantar un castillo medieval. Además, se ofrece al ayuntamiento "por si me quieren encargar alguna réplica para alguna rotonda de la ciudad. Yo estoy dispuesto a hacerla", subraya.