"Lo suyo es una permanente puesta en escena. Sus gestos transmiten el mensaje de ´soy superior a ti, pero puedo ser accesible para ti´. Y ese es su gran error: pretende parecer más cercano y blando de lo que es en realidad. Su gestualidad está medida, es de manual. Por ejemplo, cuando cuenta algo gracioso se ríe antes de acabar de decir la gracia, lo que delata fingimiento. Mas debería dejar de aparentar y mostrarse como es: un hombre fuerte y dominante, muy masculino. Hace mal en disimularlo, porque se le ve el teatro. Y a la gente le gusta la autenticidad, no el engaño o el disimulo".