La mujer cuyo cadáver fue encontrado el viernes en la vivienda de Las Palmas de Gran Canaria afectada por una explosión de gas había sido apuñalada con anterioridad, según confirmaron a Efe dos fuentes implicadas en la investigación. Las indagaciones que había abierto la Policía sobre ese aparente accidente se están tramitando ya por el protocolo para casos de crímenes machistas y el juez de guardia que acudió a levantar el cadáver se inhibirá en los próximos días a favor de uno de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de la capital grancanaria.

Las fuentes consultadas por Efe señalaron que en la primera inspección del lugar de los hechos ya se apreció que el cuerpo de la fallecida, una mujer de 40 años, tenía heridas de arma blanca.

No obstante, precisaron que deberá ser la autopsia la que determine si la mujer murió como consecuencia de esas heridas o si todavía estaba viva cuando estalló la casa. En el momento de la deflagración, se encontraba con ella su marido, que fue hospitalizado con quemaduras graves, de segundo y tercer grado, en el 50 por ciento del cuerpo.

La deflagración se produjo sobre las 10.09 horas en una vivienda de la calle La Felicidad, un empinado pasaje de escaleras situado en el barrio de San Roque.

El jefe de los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, José Antonio Nóbrega, ya había adelantado a los periodistas que habían observado indicios claros de que la deflagración se había producido como consecuencia de un escape de gas de una bombona de butano.

Y añadió la siguiente cautela: «Se está investigando si ha sido fortuito o provocado». La investigación abierta sobre estos hechos deberá determinar cuál fue la causa de la muerte de la mujer y si lo ocurrido es o no imputable a su marido, que está hospitalizado. Por el momento, sí se ha comprobado que no existe constancia de ninguna denuncia previa de la fallecida por malos tratos o amenazas, según ha indicado un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Familiares y amigos de la víctima se agolparon en la carretera que une los barrios de San Roque con Lomo Blanco. Pedro Hernández, presidente de la Asociación de Vecinos de La Matula destacó ayer que la fallecida «era una vecina de toda la vida, él y ella eran muy buenas personas, muy serios», opinión que los consultados comparten.