Julia Madruga Benítez, la mujer de 56 años asesinada presuntamente por su ex marido en Huelva, se había separado hace 10 años, aunque hace cinco años volvió a vivir con él "por pena" hasta hace un año y actualmente tenía una nueva pareja. Así lo han explicado fuentes de la familia de la víctima, que al igual que el agresor era natural y vecina de Lepe (Huelva).

En la actualidad, el presunto agresor vivía en Lepe con una hija y la mujer residía en el complejo turístico de Islantilla, a unos seis kilómetros de distancia. La mujer, jubilada, colaboraba como voluntaria como coordinadora de grupo de desarrollo emocional en el Teléfono de la Esperanza de Huelva desde hace varios años, según informó la presidenta de esta organización, María López.

"Él estaba muy celoso de ella, y nos temíamos que iba a pasar algo así", han explicado las mismas fuentes, que han lamentado que las medidas judiciales puestas en marcha para evitar el desenlace no han sido efectivas. Sobre el presunto agresor pesaba una orden de alejamiento, después de que el pasado verano agrediera a su exesposa.

CUANDO VISITABA A SU MADRE

Ayer, la mujer acudió a visitar a su madre, que lleva varios días ingresada en la clínica Blanca Paloma de Huelva capital, y su agresor la siguió y en la habitación del hospital le propinó siete puñaladas que le causaron la muerte a las dos de la madrugada.

El presunto agresor, Cayetano G.M., de 58 años, fue detenido y se encuentra hospitalizado, bajo vigilancia policial, para atenderlo de varias heridas que se ocasionó él mismo.