Ella sí había denunciado. Pero no le sirvió. Tampoco lo hizo la orden de alejamiento. Concepción E., una mujer de 44 años residente en Torrelaguna (Madrid), fue asesinada ayer por su exmarido, Raul G. C., de 36 años, pese a que este acumulaba 11 denuncias de la víctima por malos tratos y quebrantamiento de órdenes de alejamiento, y a que incluso había comunicado a los vecinos su intención de matarla. Este nuevo crimen machista, por la gran cantidad de denuncias de la víctima, incendia el debate sobre la protección a las maltratadas. En este caso, la Guardia Civil, aunque hacía un seguimiento de la mujer, no tenía constancia de la presencia del agresor en la localidad, donde no se le veía desde el verano.

El crimen se produjo en la madrugada del viernes al sábado cuando el exmarido de Concepción la golpeó hasta matarla en el interior del garaje de la vivienda en que residía. Varios vecinos llamaron entonces al teléfono de emergencias alertando de que una mujer estaba siendo agredida. Poco después de acabar con su vida, el asesino llamó también al 112 confesando haber asesinado a su expareja. 2La tenía que matar, me hacía la vida imposible", dijo el agresor con signos de embriaguez, según señalaron fuentes de la investigación policial.

Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Guardia Civil, que detuvieron al agresor, y una UVI móvil, que halló el cuerpo ya sin vida de la mujer. La víctima presentaba traumatismos faciales y craneoencefálicos severos.

Ayer permanecía a la espera de pasar a disposición judicial, mientras que el cadáver de la mujer fue trasladado al tanatorio de Colmenar Viejo para hacerle la autopsia.

Varios vecinos explicaron que el hombre estaba "obsesionado" con la víctima y que había llegado a señalar que pensaba matarla. Tenía otra denuncia por malos tratos de una pareja anterior en la localidad de El Casar.

La víctima vivía con un hijo de cinco años fruto de su relación el homicida y con una hija de 18 años tenida con una pareja anterior. En lo que va de año, 45 mujeres han muerto en España a manos de sus parejas o exparejas.