Pedro Jiménez --definido como una persona profundamente antisocial y peligrosa en otra sentencia del 2005, por la que fue condenado a 16 años por la violación de una joven del 27 años-- se sentará de nuevo en el banquillo de los acusados y se enfrentará a una pena total de 102 años de prisión --lo máximo que cumplirá son 30 años-- y al pago de 780.000 euros en indemnizaciones. La fiscalía catalana le atribuye una ristra de delitos: dos asesinatos, agresión sexual, allanamiento de morada, profanación de cadáver, incendio, robo con fuerza y quebrantamiento de condena.

En la vista, que durará varios días, se deberá demostrar si Jiménez, un interno de la cárcel de Brians de Sant Esteve Sesrovires que gozaba de un permiso penitenciario de tres días, fue quien se coló a la fuerza el 5 de octubre del 2004 en el piso de Bellvitge que compartían las dos policías, de 28 y 23 años, las ató de manos y pies, las violó y las acuchilló hasta la muerte, para después incendiar la vivienda con el objetivo de destruir las pruebas. El procesado declarará ante el tribunal el primer día. Cuando lo hizo ante el juez instructor se declaró inocente.