Quería demostrarme a mí mismo y a todo el mundo que matar es fácil". Así de contundente fue la respuesta del presunto asesino del naipe a las preguntas de la policía. Alfredo Galán Sotillo, que se entregó el pasado jueves en una comisaría de Puertollano (Ciudad Real), explicó a los agentes que escogió a sus víctimas al azar y que compró su arma, una Tokarev, cuando estuvo destinado como militar en Bosnia.

Los psicólogos de la policía han definido a Alfredo Galán como un "psicópata exhibicionista" incapaz de sentir remordimientos. Su perfil encaja con el del asesino del naipe , que mató en la comunidad de Madrid a seis personas e hirió a otras dos desde el pasado mes de enero hasta marzo dejando en algunos de los casos una carta de copas como macabra firma. Sin embargo, la autoinculpación no es motivo suficiente para ser procesado. Por eso, los agentes trabajan a un ritmo frenético buscando más pruebas. El arma, la pista fundamental, seguía ayer en paradero desconocido. Alfredo Galán reconoció haberla tirado hace dos meses a un contenedor.

LAS VICTIMAS

El arrestado, que ayer permaneció en la comisaría del distrito madrileño de Tetuán, añadió que su primera víctima iba a ser una empleada de Correos que trabaja en el distrito de Chamberí, informa Efe. Tenía en mente asesinarla el día 24 de enero. Sin embargo, no lo hizo porque la trabajadora se metió en un portal. Se dirigió entonces al número 89 de la calle de Alonso Cano, donde mató al portero de la finca, Francisco Ledesma. "Por alguien tenía que empezar", dijo.

Alfredo Galán, de 26 años, relató todos los asesinatos achacados al asesino del naipe . Fuentes de la investigación explicaron que cayó en "imprecisiones" y que sufrió cambios de humor. Sin embargo, se mostró "muy frío" e incluso "presumió de sus crímenes". Este comportamiento confirma la posibilidad de que se trate no de un enfermo mental sino de un psicópata. Sin embargo, el psiquiatra Luis Vega, negó que sea un psicópata. A su juicio, éstos "nunca se entregan".

En su etapa como militar, Alfredo Galán estuvo destinado en Madrid, llegó a ser cabo y viajó a Bosnia en una misión de paz. Fuentes de Defensa negaron que el joven tuviera problemas psiquiátricos siendo militar. "No era un desequilibrado", dijeron.