El Sistema Solar que figura en todos los diccionarios y libros de texto, formado por nueve planetas, podría aumentar hasta 12 y en un futuro próximo hasta varias decenas si prospera una iniciativa que debe ser votada el próximo día 24 en el congreso de la Unión Astronómica Internacional (IAU). En lugar de apartar al minúculo y lejanísimo Plutón del selecto grupo, como reclaman muchos astrónomos desde hace años, el plenario de 2.500 miembros tiene previsto aprobar una nueva definición de planeta poco restrictiva que abre las puertas a Xena, Caronte y otros extraños mundos descubiertos en los últimos años más allá de la órbita de Neptuno.

La propuesta que votará la XXVI asamblea de la IAU, que se celebra en Praga (República Checa), define como planeta "todo objeto celeste que gira alrededor de una estrella y tiene suficiente masa (unos 800 kilómetros de diámetro, aproximadamente) como para que su propia gravedad le permita tener una forma hidrostática equilibrada (esférica) y que además no es ni una estrella ni un satélite". También aborda nuevas definiciones para asteroide y cometa. La IAU no solo se dedica a estos menesteres, sino que además controla y define, por ejemplo, la nomenclatura que deben recibir los nuevos objetos descubiertos.

Con estos requisitos, los ocho planetas clásicos (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) estarán acompañados en primera instancia por Plutón y Caronte, que pasarán a ser considerados dos plutinos --en lugar de un planeta y su satélite--, así como por Xena, un extraño cuerpo descubierto en el 2003. La IAU también informa de la inclusión de Ceres, el mayor de los 8.000 asteroides (conocidos) situados entre las órbitas de Marte y la Júpiter, que cumple el requisito de tamaño pero no está en absoluto más lejos que Neptuno.

EL ORIGEN DE LA POLEMICA La controversia con Plutón, que es mucho más pequeño que algunos satélites del sistema solar, se inició a principios de los años 90 con el descubrimiento de los primeros objetos transneptunianos o TNO, de los cuales hoy conocemos una treintena. El hallazgo confirmaba que el discutido planeta no era el único cuerpo que orbitaba alrededor del Sol más allá de Neptuno, sino que además estaba muy bien acompañado: en todo los manuales entró el cinturón de Kuiper, una hipotética región salpicada de asteroides helados. También empezaron a emerger los primeros planetas extrasolares o exoplanetas, que giraban alrededor de estrellas de galaxias lejanas, algunos con tamaños descomunales y estructuras anómalas. El primero se detectó en 1995, pero hoy ya conocemos cerca de 200. En el fondo, claro está, todo era un problema terminológico que nunca había sido debatido porque nunca había hecho falta.

Mientras no apareció ningún objeto mayor que él, Plutón soportó la embestida, pero la puntilla le llegó con la irrupción en el 2003 del llamado UB313 --popularmente Xena--, descubierto por el equipo de Mike Brown en el Instituto Tecnológico de California, cuyo diámetro ecuatorial es superior (2.398 kilómetros frente a 2.228). "Yo no estoy muy de acuerdo con esta propuesta, pero está claro que si Plutón es un planeta, Xena también debería serlo", resume Salvador Ribas, investigador del Departamento de Astronomía de la Universitat de Barcelona (UB).

Una vez abierta la lista de planetas, la IAU asume que en el futuro deberían incluirse numerosos transeptunianos.