El 13 de mayo de 1981, en plena audiencia en la plaza de San Pedro, el turco Alí Agca disparó dos balas contra el Papa, que le produjeron secuelas para el resto de su vida. En la operación de casi cinco horas y media le fueron extirpados 55 centímetros de intestino y transfundidos tres litros de sangre. ¿Quién armó la mano ejecutora? Hasta noviembre de 1982, en que el agresor acusó al régimen comunista de Bulgaria, la CIA no supo de ninguna conexión búlgara. Y siempre rechazó la teoría de que los soviéticos se habían valido de los búlgaros para frenar la influencia papal sobre el sindicato polaco Solidaridad, porque, así, Moscú en vez de resolver el problema polaco lo habría agravado.

El pasado 31 de marzo un portavoz de Sofía anunció tener pruebas de que el atentado habría sido organizado por el KGB (servicio secreto soviético) y puesto en práctica por Bulgaria.