Su calidad como corredor la demuestran las diez medallas que ha conseguido en su vida deportiva en la alta competición; su calidad humana, el hecho de que comparte su triunfo con sus compañeros del club de atletismo de Plasencia, los que le acompañan cada semana en los entrenamientos y se han convertido en su segunda familia.

Todo aficionado al atletismo conoce en Plasencia a Miguel Angel Bartolomé Sánchez. "Es un crack", dicen de él, porque con 57 años se mantiene en lo más alto de las competiciones de veteranos. Y eso que llegó tarde porque fue a los 42 años cuando corrió su primera maratón.

Lo hizo de forma independiente, pero en seguida se apuntó al club de atletismo y ya ha corrido 15 maratones (con 42 kilómetros y 185 metros de longitud cada una). Miguel Angel recuerda sus inicios: "Le dije a un amigo un día que mi pretensión era correr una maratón y me dijo que estaba loco, bendita locura", dice ahora. Porque en esta modalidad ha conseguido medallas de bronce en Campeonatos de España de forma individual y por equipos.

También tiene una plata en cross y en media maratón ha logrado bronces, platas --una en el Campeonato del Mundo-- y ahora, un oro, que le ha llenado de "satisfacción, sobre todo por haber conseguido el éxito después de un trabajo que lleva mucho tiempo". Nada menos que entrenamientos cinco días a la semana con sus compañeros del club placentino, por eso insiste en que "es un triunfo de todos, uno solo no podría conseguirlo".

Afirma que no es ambicioso en cuanto a medallas y que lo que de verdad le satisface es correr y entrenar, pero reconoce también que la alta competición supone un gran esfuerzo.

Por eso, no descarta dejar la alta competición dentro de poco, pero no el deporte porque lo lleva practicando desde que era un niño. Recuerda que comenzó cuando estudiaba en el colegio de La Salle, en minibasket.

Llegó a jugar en el equipo local de baloncesto y después en ligas provinciales hasta que se pasó al atletismo y su vinculación con el deporte ha sido tal que fue concejal del área.

Confiesa que, como veterano, en el atletismo ha tocado techo, pero "estoy en un club con gente competitiva, les veo que entrenan con mucha ilusión y progresan, así que seguramente voy a seguir en la alta competición un tiempo". De hecho, el próximo domingo correrá diez kilómetros por las calles de Madrid junto a otras 5.000 personas.

Dice que tiene la suerte de no padecer ninguna enfermedad y que el deporte solo le ha reportado cosas buenas. Su familia le apoya, de hecho, su hija también es atleta y lo que le sobran son ganas: "Te acostumbras a una forma de vida y la compartes con gente encantadora, por eso no me veo dejando el deporte. Lo practicaré toda la vida".