Las lluvias más intensas que han castigado la región peruana de Cuzco en los últimos 15 años han dejado en la calle a unas 13.000 personas, y mantienen atrapados a 1.400 turistas en la ciudadela inca de Machu Picchu, a 2.500 metros de altura, esperando a ser rescatados.

Los derrumbes han causado la muerte de al menos siete personas, entre ellos un guía peruano de 33 años y una turista argentina de 23. La línea de tren que conecta Cuzco y Aguas Calientes está inutilizada, y según los testimonios, las condiciones en la ciudad inca son lamentables. Pero lo que más ha indignado es el trato de favor recibido por los que llevaban dinero. Ancianos, niños y enfermos fueron los primeros en ser evacuados, pero, según varias denuncias, a partir de ahí se puso en marcha un sistema de sobornos para subir a los helicópteros de rescate.