Aunque no la golpeara directamente, fue su madre la que "generó la situación de riesgo". La Audiencia de Barcelona, que ha decidido mantener en prisión a la madre de Alba, la niña de cinco años maltratada, detalla cuál fue su presunto papel de en el proceso que llevó a su hija a padecer unas lesiones neurológicas gravísimas y de por vida. Unas argumentaciones judiciales que, hasta ahora, aunque apuntadas, no habían trascendido por el secreto de sumario.

El tribunal de la sección vigésima de la Audiencia de Barcelona, especializada en violencia en el ámbito familiar, avala la decisión del juez instructor de "asimilar la omisión a la acción". La acción de golpearla se atribuye al compañero sentimental de la madre de Alba cuando sucedieron los hechos. Pero, igual que el acusado, la madre es presunta autora de un delito de intento de asesinato por omitir su obligación de proteger a su hija.

"La madre generó la situación de riesgo en la que colocó a Alba el día de los hechos al dejarla sola con el imputado", reza el auto que añade: "Puesto que sabía que cuando la niña estaba a solas con aquel gritaba y lloraba".

"Era sencillo inferir que la niña sufría algún mal, máxime cuando también dijo que él trataba de forma severa y que la niña estaba triste y retraída", añade el auto que desestima el recurso a la orden de prisión.

El tribunal califica de "sorprendente" que, tras la grave agresión, manifestara a los médicos que se había caído de la cama "como le ordenó su compañero sentimental que dijera". "No es de recibo --añaden los jueces-- que la madre, ante el peligro de muerte de su hija derivado de las lesiones, ni siquiera intentara conocer lo realmente sucedido". Ana María C. --recuerda el auto-- declaró en comisaría y ante el juez que "por lo menos tres veces, poco tiempo antes de la fecha de los hechos, oyó a la niña gritar y llorar si bien cuando ella acudía la niña de 5 años le decía que no pasaba nada".