TQtue la televisión es un medio caro y que es preciso rentabilizarla es algo incuestionable, pero no puede ser la búsqueda de la audiencia el único norte que marque el rumbo de las programaciones, la estrella que las guíe.

En muchas ocasiones se ha hablado de este problema que vuelve a ser objeto de análisis ante al tratamiento mediático, concretamente televisivo, que se está dando al caso de Marta del Castillo . La imagen y la voz de adolescentes ante las cámaras levanta ampollas y es denunciable, pero sin llegar a esos extremos, el deseo de hincar el diente a un buen pedazo de la tarta publicitaria, hace que los responsables de contenidos no dejen de buscar fórmulas que actúen de imán manteniendo a los ciudadanos pegados a sus asientos frente al televisor.

Si hace algún tiempo criticaba el trato dado a unos jóvenes que pretendían entrar en un programa tipo reality , ahora ha surgido otro formato que, por el momento con los temas elegidos, tampoco me gusta. Me refiero a la periodista que pasó veintiún días entre cartones y otros veintiuno fumando canutos. Tres semanas dándole al porro, para contarnos cómo reacciona su cuerpo y su mente, no es algo a lo que encuentre sentido.

Pero hay más. Tampoco se lo encuentro al programa Tengo una pregunta para usted . Encuentro las preguntas absurdas en su mayoría, y absurdo también el posterior resumen de los medios que no hacen más que contribuir al espectáculo que a favor de su audiencia monta una cadena, repitiéndonos hasta la saciedad la respuesta del café o del sueldo.

Desconozco qué será lo próximo que inventen o importen de otros países los programadores; en qué deslumbrante imán vendrá envuelta la siguiente píldora que quieran hacernos tragar en bien de su audiencia.