Con Josef Fritzl detenido e incomunicado, ha comenzado en Austria la caza mediática de las víctimas y de los numerosos familiares que puedan ofrecer alguna explicación sobre por qué un hombre puede encerrar durante 24 años a su hija, violarla y tener siete hijos con ella. Una caza, en la que participan también medios extranjeros, que ha llevado a las autoridades austriacas, abrumadas por un nuevo caso que pone al país en el ojo de un huracán, a alertar de que no se permitirán intromisiones en vidas inocentes que ya están destrozadas.

"Es importante que las víctimas vivan en paz ahora", manifestó ayer la ministra de Justicia, Maria Berger. El medio que publique fotos de las víctimas o detalles íntimos de sus vidas puede recibir una multa de hasta 20.000 euros. El primero podría ser el semanario ´News´, que ha publicado fotos de dos de los hijos que Fritzl tuvo con su hija Elisabeth: Alexander (de 12 años) y Monika (14) aparecen sonrientes; son dos de los tres hijos que fueron adoptados por su propio padre y abuelo.

Parece que muchos medios de comunicación han aceptado ya el reto de dejar en paz a las víctimas. Pero otros buscan familiares o incluso a los otros seis hijos legales que tuvo Fritzl con su mujer Rosemarie. Ya que todos los hijos encerrados y liberados llevan ese mismo apellido ya maldito, la justicia austriaca ofrecerá a Elisabeth y sus seis niños un cambio de dentidad.