Austria ha vuelto a revivir el horror que en el 2006 suscitó el secuestro de Natascha Kampusch, la joven que reapareció tras estar ocho años retenida en un zulo en la casa de su captor. En este caso, la víctima es Elisabeth Fritzl, de 42 años, que ha pasado un cuarto de siglo secuestrada por su padre, que la retuvo en el sótano de casa, donde la sometió repetidamente a abusos sexuales que, según la policía, tuvieron como consecuencia el nacimiento de siete hijos, uno de ellos murió tras el parto.

El jefe de la Oficina contra el Crimen de Baja Austria, Franz Polzer, anunció ayer la detención en Amstetten de Josef Fritzl, de 73 años y padre de la víctima, que había sido retenida en un mazmorra del sótano donde está la vivienda familiar. "Ha abusado de mí continuamente durante los 24 años que he estado cautiva", dijo la víctima. Según la policía, su madre lo ignoraba.

Las autoridades aún no han hallado el zulo donde habían estado recluidos Elisabeth y sus hijos: tres varones y tres chicas de entre 5 y 20 años. Todos están recibiendo asistencia psicológica.

En sus declaraciones a la policía, la víctima relató como en 1984 su padre la llevó al sótano del edificio donde vivían. Allí la drogó y la esposó antes de encerrarla. Entonces, las autoridades habían investigado su desaparición, llegándola a comunicar a Interpol. El caso se archivó con la sospecha de que Elisabeth se había unido a una secta.

Gerhard Sedlacek, portavoz de la Fiscalía de Sankt Poelten, aseguró que las declaraciones de Elisabeth Fritzl, que incluyen "acusaciones de delitos masivos" cometidos por su padre, son "creíbles". Ahora, las pruebas de ADN deberán aclarar si los hijos de la víctima son de su padre.

El secuestro podía haber durado aún mucho más de no ser porque Kerstin, una de las hijas de Elisabeth, cayó gravemente enferma durante su cautiverio. Esto obligó al captor a llevarla al hospital, donde declaró haberla encontrado inconsciente delante de un edificio. Los médicos pidieron que se intentara localizar a la madre para saber en qué condiciones había enfermado la joven, que ayer seguía muy grave.

Tras las primeras investigaciones, se constató que no había el menor rastro de la madre desde 1984.