Una de las búsquedas científicas que, se ha dicho, rozan la utopía: diseñar un medicamento que no solo reduzca hasta límites indetectables la cantidad de virus del sida en la sangre de los infectados --es lo que hacen los fármacos antirretrovirales-- sino que lo expulse definitivamente y cure la enfermedad. Esa meta está más cerca hoy, gracias a una investigación que ha observado lo que ocurre en los denominados reservorios del VIH, unos santuarios en los que, se creía, el virus permanece vivo, pero inactivo y fuera del alcance de los medicamentos.

El estudio, realizado por científicos del laboratorio IrsiCaixa (impulsado por la Generalitat y La Caixa y dirigido por Buenaventura Clotet), demuestra por qué el virus reinicia su millonaria replicación en el momento en que los infectados dejan de tomar antirretrovirales: esto es así, indican, porque, contra lo que se creía, esos medicamentos no impiden que el VIH se mantenga activo.

Resulta que, además de estar encriptado y fortificado en ciertos ganglios linfáticos que guardan una copia de su genoma (los reservorios ), el virus mantiene activo su poder infeccioso y va avanzando en la destrucción del sistema inmunitario. Por eso, los medicamentos antirretrovirales nunca logran acabar completamente con el virus del sida: la terapia no detiene la infección.

El estudio, que hoy publica la revista científica estadounidense Nature Medicine , ha analizado la sangre de 69 infectados por el VIH atendidos en tres hospitales catalanes, Germans Trias i Pujol, de Badalona, y Clínic y Sant Pau, de Barcelona. El descubrimiento, liderado por Javier Martínez-Picado, de IrsiCaixa, describe cómo el sistema inmunitario de los infectados permanece más activo en comparación con el de los sanos, en un intento infructuoso por deshacerse de un virus que lo aniquila.

La investigación confirma que, pese a los fármacos conocidos, el virus se sigue replicando en la sangre. Pero esto indica también que el VIH, contra lo que se creía, no está siempre quieto y oculto, es decir, no es invulnerable. Lo que hace falta es diseñar nuevos y más eficaces medicamentos, apunta Clotet.

El mes pasado, otro equipo científico del Hospital Clínic de Barcelona hizo otro importante avance en la lucha contra el sida al descubrir por qué algunos infectados de VIH son inmunes a la enfermedad y no llegan nunca a desarrollarla, lo que acerca al descubrimiento de la vacuna.