La exitosa entrada en servicio del AVE a Barcelona puso ayer punto final a 12 años de obras y despropósitos de todo tipo que han contribuido a ocultar la potencia de una de las infraestructuras más modernas de Europa. Ahora que ha llegado el momento de medir su impacto real, el Gobierno calcula que en 10 años se amortizarán los 10.000 millones de euros de inversión que ha implicado la construcción y puesta en servicio, según un informe elaborado por la oficina económica de la Moncloa al que ha tenido acceso este diario. Toda una promesa de futuro y un reproche implícito a quienes han contribuido al retraso de más de una década con la que se ha cerrado el proyecto. Según las previsiones del Ejecutivo, el conjunto de las seis provincias por las que pasa la ruta --Barcelona, Tarragona, Lleida, Zaragoza, Guadalajara y Madrid-- verán incrementado su producto interior bruto (PIB) en 1.000 millones de euros anuales. A esta cifra habría que sumar los beneficios que obtienen las zonas limítrofes con las regiones por las que circula el AVE.El informe parte de las previsiones elaboradas por Renfe que pronostican para este año más de seis millones de usuarios en el conjunto del corredor (incluyen las paradas intermedias) y unos 2,6 millones en la relación directa Madrid-Barcelona. En el 2010, serán 6,9 millones de viajeros en conjunto y el año siguiente deberían ser 7,8 millones. MENOS MINUTOS, MÁS EUROS Uno de los factores que tiene en cuenta el estudio es el ahorro de tiempo. Entre Madrid y Barcelona, el tiempo de viaje se ha reducido en una hora y 17 minutos. La conclusión de los técnicos del Gobierno es que los viajeros del AVE se ahorrarán unos 45 minutos respecto al avión o el coche, lo que en euros implicarán un ahorro, de como mínimo, 110 millones de euros al año.Al ahorro en tiempo hay que sumarle el medioambiental. El tren, exponente del transporte sostenible, emitirá cinco veces menos CO2 que sus competidores, avión y coche. El ahorro anual será de unas 250.000 toneladas (el 0,3% de las emisiones del transporte en España). El impacto económico del AVE no es difícil de calcular con los precedentes del impulso que han supuesto los 16 años de funcionamiento de la línea de Sevilla.El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó ayer "la gran aportación contra el cambio climático" que implica esta nueva línea "porque equivale a 90 aviones diarios". Una comparación que no habrá despertado entusiasmo entre las compañías aéreas y, en particular, en Iberia, encargada de gestionar el puente aéreo. Zapatero ha dado instrucciones a los responsables de la línea y a Fomento de huir de cualquier acto que pudiera interpretarse como un aprovechamiento electoral. Los presidentes de Renfe y Adif despidieron a los trenes más madrugadores en las estaciones de Sants y Atocha sin prodigarse en sus declaraciones.