La forma en que el príncipe Carlos administra sus asuntos oficiales y personales deja mucho que desear. Un informe de 100 páginas rechaza las alegaciones más escandalosas, como el encubrimiento de una violación, pero reconoce negligencias en el entorno del heredero. La primera cabeza que ha rodado ha sido la de Michael Fawcett, el más próximo ayudante de Carlos, un hombre que conoce todos sus secretos y que aceptó sobornos. Fawcett dimitió ayer, pero seguirá trabajando para Carlos (en la foto a hombros de un equipo de rugby, el 5 de marzo).