Hay dos formas de cobrar las indemnizaciones por los daños ocasionados por la marea negra del Prestige : acogerse a un decreto que adelantará el dinero correspondiente en un corto plazo o esperar por un juicio que puede durar años. Esta es la disyuntiva con la que se encuentran los miles de afectados por el vertido.

Los que optan por el primer caso tienen ventajas, pero también pegas. El sistema consiste en que el afectado delega su denuncia en el Estado, que le pagará lo estimado y reclamará en su nombre ante los organismos competentes, pero no puede exigir más responsabilidades ni reclamar posibles daños futuros. En el otro caso, cada afectado reclama directamente y se reserva el derecho a cobrar más si sufre nuevos daños.