José María Aznar hizo ayer un ejercicio de acrobacia política para valorar la manifestación celebrada el domingo en Galicia, en la que más de 150.000 personas se echaron a la calle para protestar por la catástrofe del Prestige . El presidente del Gobierno dijo compartir el lema de la marcha --Nunca más -- y la "indignación" de los manifestantes, pero hizo oídos sordos al comunicado oficial de la manifestación, que reclamaba dimisiones.

Aznar eludió cualquier asomo de autocrítica y elogió de manera expresa el trabajo que ha desarrollado el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, al frente de la crisis. El jefe del Ejecutivo negó que exista déficit de medios. "No hay ningún país en el mundo que pueda tener prevista una catástrofe de este tipo y tener todos los medios previstos para ella", dijo.

"No sólo comprendo el sentimiento de indignación expresado por los ciudadanos gallegos, sino que además lo respeto y lo comparto", dijo Aznar en rueda de prensa conjunta con el presidente semestral de la UE, el danés Anders Fogh Rasmussen, tras un encuentro en la Moncloa. Tras admitir la contundencia de la protesta, el jefe del Ejecutivo apostilló: "Lo único que lamento es que esos sentimientos de indignación intenten ser aprovechados por algunos para obtener ventajas políticas". Se refería a los líderes de la oposición, con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, que participaron en la marcha y que no han cesado de exigir responsabilidades al Gobierno.

Aznar rechazó una nueva petición presentada ayer por PSOE, IU, PNV y Grupo Mixto para que explique el miércoles, en un pleno extraordinario del Congreso, las actuaciones del Gobierno y asuma sus responsabilidades políticas. El presidente delegó en Rajoy la responsabilidad de responder al Parlamento, el jueves, en la comisión mixta de la UE.

CASCOS REPLICA CON EL GAL

El ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, arremetió ayer en Tenerife contra el medio de comunicación (la SER) que reveló que estuvo de caza en el Pirineo leridano el primer fin de semana de la crisis del Prestige . Una información que atribuyó a una conspiración del PSOE y del grupo Prisa, propietario de la emisora. Cascos atacó a los socialistas para defender al Gobierno recordando el caso GAL .