Se necesitan ciertas dosis de codicia para creer, a estas alturas, que alguien regalará duros a cuatro pesetas. Más de un millar de personas de la provincia de Barcelona han sido estafadas en cinco años por cuatro personas que les ofrecían pisos de protección oficial inexistentes o inversiones milagrosas que doblaban la aportación inicial. La cantinela siempre era la misma: "Para que le den el piso a un inmigrante, mejor para usted, y sin concurso".

La investigación empezó a mediados de enero cuando una persona contó a un responsable de los Mossos d´´Esquadra que tenía un amigo a cuya tía le habían ofrecido un piso oficial fuera de concurso. Tras tirar del hilo, los agentes llegaron por fin el pasado viernes hasta una suite del hotel Arts, en Barcelona, en la que los detenidos recibían a sus víctimas. En los últimos tres días, el grupo de estafas del Area Regional d´Investigació (ARI) de los Mossos de Barcelona ha detenido a los cuatro presuntos responsables de la estafa e interrogado al primer centenar de víctimas. Muchos "lloraban como magdalenas", explicó ayer el inspector Josep Lluís Trapero. Otros, tras declarar en comisaría y escuchar de boca de los mossos que habían sido víctimas de una estafa insistían una y otra vez: "Sí, sí, pero mi piso, ¿cuándo me darán el piso?".

La documentación intervenida revela que la estafa comenzó hace cinco años. Las primeras 40 víctimas interrogadas suman pérdidas que ascienden a 750.000 euros. Uno llegó a pagar hasta 400.000. La arquitectura del delito era simple y eficaz. Las primeras las lograron en su círculo más próximo y estas difundieron el "gran chollo" .