Por si Melanie Griffith hacía oídos sordos a sus peticiones, Antonio Banderas le ha prohibido explícitamente que ponga sus labios y patas de gallo en manos del cirujano estético. "Lo odio", confesó el actor al diario alemán Bild. Y su esposa, tras vérselas con liposucciones y estiramientos, ha tirado la toalla del bisturí. "Ha sido por el bien del matrimonio", confesó Banderas.

Los Banderas --45 años ella; 42, él-- mantuvieron una "discusión intelectual". Fue como sigue. "La convencí de lo bonito que es verla envejecer, las arrugas son las medallas de la vejez", explicó el actor, quien no echó precisamente flores sobre Hollywood: "Allí todo es falso, todo gira sobre las películas y el dinero. Por eso echo en falta España". En España, por ejemplo, no pasa lo que allí es pan de cada día. "Cuando uno piensa, ´guau, hay una mujer impresionante allí en la barra´. De pronto se da la vuelta y sufres un shock: ¡tiene 70 años y tres liftings!".Según Banderas, no es el único que abomina de la silicona. También en Hollywood, dice, le han empezado a coger ojeriza a los looks plastificados. "En este momento, ella no tiene muchas ofertas --dijo el actor--. Pero no es la única, en la ciudad donde la carne fresca es lo único importante es terrible para grandes actrices como Meryl Streep que el teléfono no suene".Los baches quedan para la profesión. En la vida conyugal, explica, sopla el viento a favor, a pesar de los rumores que señalaban que a los actores se les había atragantado su matrimonio. "Sí, es mi divorcio número 15 de Melanie. Ya he perdido la cuenta y no me tomo en serio esas historias", bromeó

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Melanie.Banderas.