Personajes no tan populares y con menos logros que Antonio Banderas --nacido José Antonio Domínguez Bandera hace 42 años-- cuentan con uno o varios libros biográficos, pero ese descuido con el actor español más internacional acaba de ser subsanado por Ana Oliva, cuyo libro saldrá al mercado el próximo viernes publicado por Ediciones B (en la foto inferior izquierda, la portada).

La obra llega hasta prácticamente el hoy del artista (en la foto inferior derecha, de bebé, y vestido de romano arriba, a la izquierda), ya que informa de filmes por estrenar. Y descubre los secretos desde la infancia de un niño "travieso, nervioso, un tanto cabezón con sus cosas y también algo despistado", según su madre, Ana Bandera, recordando su afición a la caza de ratas y al tebeo Pulgarcito.

Pero el chico también espabiló pronto en cuestiones de sexo, al menos a distancia, porque a los 12 años, cuenta el libro, el futuro hombre más sexy del mundo, se deleitó con el cuerpo desnudo de una prostituta en la ventana de la casa de enfrente, en una extraña complicidad. "Ella no se exhibió sino que actuó de una forma muy natural, muy suave. Resultó todo muy tierno", recuerda el hoy admirado actor latino, que mantuvo el incidente como un secreto.

´CHICO ALMODOVAR´

La llegada a Madrid del malagueño con 19 años, 15.000 pesetas y ganas de triunfar, los inicios en el Centro Dramático Nacional de Lluís Pasqual, su etapa como chico Almodóvar, la aventura estadounidense con más presencia que palabra --el inglés no era su fuerte--, y la conquista de Hollywood son ampliamente descritas.

"Tienes una cara muy romántica. Tu cara sería fantástica para el cine. ¿Has hecho películas?", le dijo el cineasta manchego Pedro Almodóvar en su primer encuentro, antes de convertirlo en uno de sus actores fetiches. "Yo entré en Estados Unidos porque se veían las películas de Almodóvar", reconoce, asegurando que le veían como "un bicho raro, un inclasificado".

Y una vez en Hollywood, buscó un papel en Drácula visitando a Francis Ford Coppola en su casa. "Venga a llamar, pero nadie me abría. Seguí insistiendo porque oía la televisión, hasta que al cabo de un rato me abre un señor gordísimo chorreando agua y con una toalla alrededor de la cintura", recuerda. Mejor salieron las cosas con Philadelphia, donde se codeó con Tom Hanks. "Hablamos y todo quedó muy clarito: no se nos iba a caer ningún anillo por darnos un beso o bailar juntos. Trabajamos con mucha dignidad".

PREDESTINADOS

También hay, por supuesto, referencias a las mujeres que se han cruzado en su vida. Desde una Madonna que quiso utilizarle y tratarle como "un juguete, pero no lo consiguió", hasta Ana Leza, su primera esposa, que no pudo con el trasiego del éxito de su marido. Y, por supuesto, no falta Melanie Griffith, a la que todo el mundo exculpa del primer divorcio de Banderas. Ambos parecían estar predestinados.

"Ahí está ese hombre guapo, con músculos, con sus pantalones blancos, su camiseta blanca", pensó la actriz la primera vez que le vio posando en una revista, en 1994. A Banderas parecía gustarle Melanie desde mucho antes ya que, en 1989, en una gala de los Oscar, como miembro del clan de Almodóvar, comentó: "¡Ostras!, qué tía más guapa, qué piernas tan largas, qué estupenda!". El flechazo llegaría en Two much (arriba, a la derecha, la pareja, en 1996, en el rodaje del filme). "Al minuto de conocerlo, me enamoré", dice Griffith.