La huelga de celo encubierta que llevan a cabo algunos pilotos de Iberia sigue impidiendo que la normalidad regrese por completo al aeropuerto de Barajas. Entre las 6.10 y las 12.30 horas de ayer, las cuatro pistas acumulaban un total de 44 vuelos cancelados, 27 de ellos de la principal aerolínea española. El caos originado por la nevada del viernes pasado ha remitido notoriamente en las terminales, pero no así en algunas cabinas de los aviones ni en la arena política. Más allá del expediente de Fomento a Iberia por "trato inadmisible" a los pasajeros, el PP sigue exigiendo la dimisión de la ministra Magdalena Alvarez, quien dejó entrever que se pueden producir bajas en su departamento.

"En el momento en que detectemos responsabilidades por negligencias o por no llevar a cabo acciones en la parte en que nos corresponde, pues sí cesaremos a las personas que haya que cesar, si es que hay que cesar a personas". Con este grouchiano inicio de discurso, la titular de Fomento admitió posibles bajas en su ministerio. "Si los responsables llegan al convencimiento de que ha sido consecuencia de ellos, dimitirán sin que les tengamos que cesar", aseguró después con mayor claridad.

COMPROBAR EL ENGRANAJE Alvarez insistió no obstante en que "es necesario comprobar si hay un engranaje establecido y todo ha funcionado de acuerdo con él", porque si lo que está mal es esta parte del proceso, será necesario "analizarlo".

Por su parte, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, añadió a las palabras de la ministra un requerimiento de hechos, al anunciar que su partido solicitará la comparecencia en el Congreso de los Diputados del presidente de Iberia, Fernando Conte. La asistencia en la Cámara del responsable de la compañía española supondría un hecho insólito. Sin embargo, la ejecutiva socialista no analizó ni el caos de Barajas ni la actuación de la ministra. No todos los dirigentes del PSOE comparten la estrategia de Magdalena Alvarez.

CONVENIO COLECTIVO En su requerimiento, cursado a la Mesa del Congreso, el grupo socialista recuerda que a los problemas de Iberia se han sumado otras "incidencias", como la del funcionamiento de los servicios de control aéreo y las generadas por el cierre durante cinco horas de Barajas el viernes pasado.

Todo ello mientras la aerolínea y el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) siguen enfrascados en la negociación de un convenio colectivo que tiene, en gran medida, la culpa de este desaguisado. Los pilotos están dispuestos a reducir a la mitad sus dietas en el extranjero y a congelar los salarios, pero piden que, tras la fusión con British Airways, la cifra de españoles y británicos sea proporcional.

El SEPLA denuncia también que más de 100 tripulaciones de Iberia esperaron "sin éxito" en Barajas casi 24 horas el fin de semana a que les asignaran aviones, pero que la mala organización impidió que se evitaran más daños. Y la compañía responde que eso es falso ("sobran pilotos" y "algunos no cogen el teléfono") y que las exigencias de estos constituyen una intromisión en algo que compete solo a Iberia, porque ellos "pretenden poner condiciones y decidir sobre cosas en las que no deben decidir", aseguró ayer una fuente de la aerolínea, que ha presentado una demanda contra el SEPLA por "los daños y perjuicios que la huelga de celo causó a la compañía aérea en diciembre y que superan los 13 millones de euros".

EL PP PIDE DIMISIONES Y en este cruce de acusaciones también aparecieron ayer varios dirigentes del PP, como Mariano Rajoy, quien exigió de nuevo la dimisión de Alvarez al considerar que su "presencia en el Gobierno es una burla para los ciudadanos", petición a la que se sumó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre: "El inventario de actuaciones de Alvarez ofrece motivos más que suficientes para pedir su dimisión", argumentó.