Los nuevos tratamientos contra el cáncer empiezan a afinar en el objetivo a abatir, y van alejándose de la arrasadora destrucción celular que caracteriza a la quimioterapia convencional. Esa es la idea directriz de la Unidad de Investigación en Terapia Molecular del Cáncer que desde ayer funciona en la planta baja del Hospital del Valle de Hebrón de Barcelona, un espacio exclusivo, de 1.000 metros cuadrados, que se centrará en la experimentación con pacientes de nuevas sustancias diseñadas contra el cáncer de mama. Las dimensiones de la unidad, que dirige el oncólogo Josep Baselga, y la forma como se abordarán las terapias convierten a esta iniciativa en el mayor núcleo de investigación y tratamiento del cáncer de mama en España. Está previsto que atienda cada año a más de 400 enfermas de diversos hospitales del territorio nacional.

El espacio donde se ubica el centro --un gran hospital público-- y las peculiaridades de su fundación --una inversión de siete millones donados por la Caixa-- rompen las limitaciones y el concepto de la investigación, y acelerarán la aplicación de sustancias en fase experimental a enfermas cuyos tumores habrán sido previamente secuenciados, hasta conocer las más de 400 mutaciones genéticas simultáneas que han permitido surgir a ese cáncer. Los fármacos --fórmulas de origen biológico de baja toxicidad-- se dirigirán a tumores concretos, y su eficacia o ineficacia se conocerán con bastante inmediatez.

SUMA DE VALORES Esta filosofía de funcionamiento, la suma de lo público y lo privado, tiene pocos precedentes en España. Sin la importante cesión de espacio del Valle de Hebrón no sería posible este tipo de estudios inmediatamente transferidos a las enfermas, pero sin una financiación externa e independiente (asegurada para los próximos siete años, incluidos los salarios) tampoco sería realidad el nuevo espacio de experimentación.

"Estrenamos una herramienta que nos va a permitir subir a un nivel superior en el campo de la investigación en cáncer --resumió Josep Baselga--. Vamos a tratar tumores específicos con sustancias exclusivas que nos darán una respuesta (si van bien o no) en la primera fase de experimentación". Este detalle también es nuevo: normalmente, los estudios en fase 1 no permiten discernir si la sustancia estudiada será eficaz. "Esto supone un cambio en el paradigma del tratamiento del cáncer --añadió el oncólogo--. Nos lo permiten los medicamentos inteligentes".

La unidad inaugurada ayer atenderá tanto a mujeres recién diagnosticadas de cáncer de mama como a las que han pasado ya, sin éxito, por las diferentes quimioterapias.