Tauromaquias, perros, crucifixiones, niños, prostíbulos, magistrados y matarifes pueblan el emotivo e inquietante mundo de Juan Barjola, un pintor que, con su arte, sabe transmitir lo que de más angustioso y desolado tiene la sociedad, y a quien el Museo Casa de la Moneda dedica una exposición.

Barjola en blanco y negro es la muestra que hoy inaugura la Reina y que la Casa de la Moneda organiza en torno a la obra de este artista extremeño de 83 años, por haber sido él el ganador, el pasado año, del Premio de Medallística Tomás Francisco Prieto 2001.

La componen noventa obras: 30 óleos, 22 aguafuertes y 38 dibujos, y entre ellas la más antigua es un óleo de 1985 titulado Camerino . Los aguafuertes, todos de tema taurino, son los de fecha más antigua, pues datan de 1991, mientras que los dibujos están en su totalidad realizados en el 2000, y entre los óleos hay también muchos de los dos últimos años.

SUERTES

Contra lo que a más de uno le pudiera hacer pensar la recurrente presencia de toros y tendidos en su obra, a Barjola, nacido en Torre de Miguel Sesmero, "le horripilan las corridas, de la primera a la última de sus suertes", explicó ayer a los periodistas Miguel Logroño, comisario de esta exposición.

"La fiesta de los toros le interesa desde un punto de vista plástico y sociológico, pero no le agrada", afirmó Logroño, para quien con Barjola "hay que olvidarse del arte por el arte", ya que "en todo lo que plasma en su obra hay una razón de ser", ya sea la violencia o cualquier otra cosa.

El propio artista, que ayer no pudo acudir a la presentación de la muestra y sólo posó para los fotógrafos, ha declarado al respecto que "en la vida hay muchas cosas negativas" y mientras existan, "el arte tiene algo que decir. Es lo que yo me propongo".

La guerra civil, vivida de adolescente en su Badajoz natal, marcó su vida e impregnó dramáticamente su pintura, pero su mirada no sólo es una mirada dramática, es a la vez, y a juicio de los críticos, tierna y compasiva.

Barjola, que percibe el mundo desde una subjetividad propia y en cuya obra no faltan elementos surrealizantes, prefiere por encima de todo a Goya y a Velázquez y siente también un gran respeto por Picasso, pero, según Logroño, le llama la atención cómo este pintor malagueño, tan en la línea de Goya, "silencia a Goya" mientras a Velázquez hasta le dedica un cuadro.

Barjola es un artista a quien le gusta funcionar a la manera clásica: pinta todos los días y, hacia el anochecer, se pone a dibujar, también día tras día", recordó el comisario,

En el acto de hoy, Juan Barjola presentará asimismo a la Reina la medalla diseñada por él con motivo de la recepción del Premio Tomás Francisco Prieto.