TLtas cenas navideñas con los colegas no son tan espeluznantes. Este año me tocó una mesa divertida. Uno de los comensales nos recordó el rodaje de La lozana andaluza , película en que aparece el edificio donde la casa Atrio instalará el primer hotel de cinco estrellas de Cáceres. Aunque en La lozana no es un hotel, sino una mancebía adonde un grupo de pícaros lleva a un vejete rijoso para que redescubra el canivete. Del carcamal y el lenocinio pasamos a El Batería, personaje pinturero que siempre vuelve a las conversaciones por Navidad. Una comensal contó que siempre que la ve la señala con un dedo en vertical y le propone tener un niño. Otra refirió que la piropea llamándola rechonchina y una tercera descubrió su caché de percusionista: una tortilla de patatas.

El siguiente tema fue el mentalista que ha colgado el número de la lotería de la torre del Bujaco. Salió a colación el libro Cáceres, historia y leyenda de Ricardo Hurtado de San Antonio donde se sostiene que el nombre de Bujaco viene de un sinónimo casareño de muñeco. De rebote, apareció en la conversación un hermano de don Ricardo que llegó a ser chófer del obispo y de chico era pareja de travesuras de algún compañero de cena. Resulta que se acercaban a la calle Lisa, hoy Pizarro, y timbraban a las puertas en busca de chanza y regocijo. Cuando el ama respondía, ellos gritaban: "Señora María, que dice mi madre que me dé usted el plato". La señora María se extrañaba: "¿Hijo, qué plato?". Y los pillos remataban la broma: "Los cojones del gato". En fin, cenas de Navidad...