Bebe guarda con celo los secretos de su nuevo disco, el segundo en la meteórica carrera de la cantante extremeña tras el éxito de Pafuera Telarañas (2004). Ni siquiera se atreve a confesar a este diario en qué barrio de Madrid anda cocinando las canciones más esperadas de los últimos años con sus colegas del Combolinga, a los que acompañará en la próxima edición de Extremúsika en Cáceres el sábado 19 de abril. "No va a ser un concierto mío. Voy a ir de invitada", aclara tras haber recibido un aluvión de mensajes de fans.

"Me apetece un montón ir a Extremúsika. Ibamos a haber venido el año pasado, pero como tuvimos mogollón de trabajo no pudimos", recuerda. "Además lo voy a disfrutar más todavía. Me voy a quedar allí como una más", asegura para zanjar que no será la protagonista única del concierto del Combolinga, con los que ya compartió gira por España. Eso sí, en el recinto hípico, donde ya tocó en el Womad del 2004, promete canciones de su cosecha. "No puedo contar más para que sea una sorpresa", concluye.

Pero no son los escenarios lo que más le preocupe ahora a la solista de Malo , más centrada en la grabación del disco que en coger la guitarra ante el público. "No, no. No lo echo de menos", dice convencida. "Los conciertos cansan y ya me di un tute bastante grande. Ahora me apetece más trabajar en el local para nosotros", remarca.

Aunque huidiza cuando se le pregunta por su nueva criatura musical, Bebe Rebolledo reconoce que "tiene las pilas puestas" para afrontar sin presiones la salida al mercado. "Ya estoy trabajando y tengo claro que este año será música, música y música", afirma.

Tampoco los fantasmas de un exceso de responsabilidad por el segundo disco, dicen que la prueba de fuego de un artista, provocan en ella un miedo al fracaso: "Ya he limpiado mi cabeza de todas estas trallas y presiones. Voy a hacer algo que me apetece hacer, ponerle ilusión y disfrutar del trabajo con pasión como en el disco anterior", asegura con las ideas claras sobre el camino que pretende evitar en el futuro. "Lo quiero ir preparando poco a poco, que las canciones vayan tomando forma. No puedo estar pendiente de si a la gente le va a gustar o no", añade a modo de confesión al periodista. Su planteamiento va un poco más allá: "Tampoco tengo que esperar que le guste a todo el mundo".

Canciones en secreto

Hermética cuando se le pregunta qué dirá con sus nuevas canciones, la cantante le pone intriga y hace un simil cinematográfico: "Es como si vas al cine y antes te cuentan el argumento", bromea, aprovechando para precisar que el trabajo en todos los frentes de la producción del disco "está empezando y la cosa sigue muy abierta".

Lo que sí tiene claro Bebe es donde quiere grabar. Esa ciudad será Madrid, donde tiene fijada su residencia, que alterna con viajes a Extremadura para visitar a su familia. Fiel a su estilo, no quiere tener local propio donde trabajar y prefiere rodearse de los amigos del Combolinga. "Nunca he perdido mi relación con Extremadura. Siempre saco tiempo para venir a ver a mi familia. Ellos son una prioridad. Algunas veces tardo más en ir, pero cuando puedo voy", asegura para dejar claro que sigue recorriendo la Autovía de Extremadura desde Madrid hasta tierras pacenses. A Bebe le esperan ahora sus fieles con los brazos abiertos para que vuelva a cantar.