Los Beckham son un matrimonio con caprichos al por mayor. Para enterrar de una vez los rumores de crisis, la pareja alquiló el domingo por la noche un salón del hotel Ritz en el que 500 rosas y 200 velas fueron testigos de su cena y de su, de momento, inquebrantable amor.

Horas antes, los Beckham pasearon su matrimonio por las calles de Madrid a bordo de un Aston Martin descapotable que adquirieron semanas atrás en Londres por 115.000 euros (19 millones de pesetas). Peatones y automovilistas pudieron ver el recital de carantoñas que brindó la exspice girl a su marido, a quien la lesión que sufrió el sábado contra el Valencia no le mantuvo alejado del acelerador.

De lo que nadie se percató fue del ultimátum que, según el Daily Mail, le lanzó la cantante. "O te quedas en casa por las noches, o no me quedo en Madrid", dicen fuentes cercanas a la pareja que le advirtió Victoria, tras la semana calavera del futbolista.