Qué modestia la de la bella Anne Igartiburu, ni una sola referencia ha hecho en su programa Corazón de... al calendario que con su cuerpo serrano ha publicado la revista Interviú. El almanaque ha agotado la tirada, tal ha sido el impacto causado por el semidesnudo de la presentadora más meliflua de la televisión española y de España en general. Mírala ella, tan modosita que parecía, luciendo en las fotos del almanaque cual Venus de Boticelli pasada por Corporación Dermoestética, el lugar donde te aumentan los pechos, te reducen las caderas, te alisan las arrugas y te ondulan el pelo, según se explica en los espacios publicitarios del programa de Anne.

La bella sirena --pues todas las fotos tienen un toque marino-- ha conseguido algo que no había logrado ninguna de sus antecesoras en los desplegables de Interviú: mejorar su imagen. Marta Sánchez aún anda diciendo que la revista le hizo chantaje para que posara en cueros vivos a cambio de unas fotos comprometedoras. Sofía Mazagatos estimuló la parodia tras sus fotos con diversas razas de perros y Paula Vázquez no pudo evitar que se hablara más de sus operaciones de estética que de las fotos en las que aparecía caracterizada de cada uno de los países de la Unión Europea.

Anne, hay que reconocerlo, les ha ganado a todas sus predecesoras en el apartado de desnudo artístico. Sin necesidad de enseñar lo más íntimo de su intimidad, la joven ha dejado atrás la mojigatería y el embeleso de sus apariciones televisivas para intentar ganarse el puesto de diosa en la mitología erótica. Con su apuesta, además, demuestra que ya no quedan vírgenes.