En su primera misa de Año Nuevo desde su nombramiento, el papa Benedicto XVI pidió unidad para luchar en favor de la paz y contra las amenazas del "terrorismo, el nihilismo y el fundamentalismo fanático".

Ratzinger consideró que es necesario "un verdadero impulso de valentía y de fe en Dios y en el hombre para elegir recorrer el camino de la paz", que debe venir de parte de "cada individuo, pueblo, organizaciones internacionales y potencias mundiales".

En especial, hizo referencia a la ONU, organismo al que pidió que "tome conciencia renovada de su responsabilidad en la promoción de la justicia, la solidaridad y la paz en un mundo cada vez más marcado por el extenso fenómeno de la globalización".

Benedicto XVI inició la misa con una invocación a "la verdadera paz que en este día pedimos como bendición para todos los días del nuevo año y para todos los pueblos". En su homilía, coincidiendo con la 39 Jornada Mundial de la Paz, el pontífice dejó clara su convicción de que "cuando el hombre se deja iluminar por el esplendor de la verdad emprende casi naturalmente el camino de la paz".

El Papa deseó, "con gran afecto", un feliz año a los fieles de lengua española presentes en la plaza de San Pedro, a los que dijo: "Esperó que el amor de la Virgen os ayude a seguir mejor a Jesús que, con su Encarnación, ha traído la paz al mundo".

La paz, que definió como "la gran aspiración en el corazón de cada hombre y cada mujer", se edifica, según explicó, "con la aportación de todos". También aseguró: "La humanidad no logrará construir un mundo realmente más humano para todos los hombres y en toda la tierra, si los hombres no se vuelven, todos con ánimo renovado, a la verdad de la paz" y señaló que si la paz es una aspiración de todas las personas de buena voluntad, "para los discípulos de Cristo es un mandato permanente que compromete a todos".