El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ha puesto en palabras una sensación compartida por muchos vecinos de su ciudad. Que dos chavales de 14 años hayan asesinado, presuntamente, a una pareja de ancianos de 87 años con enorme saña para robarles supone un «fracaso social», mucho más allá de los problemas de seguridad ciudadana. Y los portavoces vecinales se preguntan «qué ha fallado» para que se haya producido una tragedia como esta, cuando llevan meses alertando de la escalada de violencia en el barrio Otxarkoaga.

Los dos menores habían estudiado en un centro educativo del mismo barrio donde se perpetró el crimen, aunque actualmente estaban matriculados en otros colegios de Getxo y El Peñascal. Quienes tuvieron trato con ellos les recuerdan como dos menores «muy inestables» y, en ocasiones, «agresivos», aunque nada hacía pensar que pudieran llegar a cometer algún día un crimen tan violento. Sí protagonizaron incidentes, como amenazas a otros compañeros y profesores y destrozos en el mobiliario. Ambos sufren problemas de integración social y al menos uno de ellos formaba parte de una familia desestructurada y había pasado por diversos centros de acogida.

La detención de los menores, según ha trascendido, también ofrece datos reveladores. Su identificación fue muy rápida gracias a la colaboración vecinal, y además ambos tenían antecedentes por hurtos y robos con violencia. El primero de ellos se había escondido nada más cometer el crimen, al parecer con la ayuda de unos familiares, pero pudo ser localizado dos días después en Balmaseda. Los agentes de la Ertzaintza acudieron luego al domicilio del segundo menor, donde dijeron a su madre que la mejor opción era entregarse. La mujer, muy afectada, logró que su hijo se pusiera en manos de la justicia en una gasolinera, hasta donde acudió acompañado de familiares. Fue inmediatamente detenido y conducido a comisaría.

El presidente de la Asociación de Familias de Otxarkoaga, Pablo Herrán, estima que la muerte del humilde matrimonio de ancianos ha sido posible por «una concatenación de errores». Aunque ha admitido desconocer si los detenidos son vecinos del barrio, sí está seguro de que la solución debe venir del ámbito policial, «para que paguen por lo que han hecho», pero también del social y el educativo. En la misma línea, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Bilbao, Javier Muñoz, ha defendido la adopción de «medidas preventivas», y ha reclamado que la policí esté «más activa.