Un día antes de su esperado discurso en El Cairo, donde Barack Obama aspira a sentar las bases para restaurar las diezmadas relaciones con el mundo musulmán, el presidente de EEUU recaló ayer en Arabia Saudí, como primera escala de su estreno en Oriente Próximo. Signo de las expectativas y de la simpatía que despierta en la región, Al Qaeda le recibió con la ofensiva verbal de sus dos comandantes en jefe. El saudí, Osama bin Laden, le acusó de "sembrar nuevas semillas de odio" y, a modo de amenaza, instó a los estadounidenses a prepararse para las consecuencias.

Nadie espera milagros de una visita que apenas durará 48 horas antes de que el Air Force One desvíe su rumbo en dirección a Europa. Pero sí hay confianza en que las palabras de Obama ayuden a cimentar el nuevo clima propiciado por sus anuncios para retirar a las tropas de Irak a finales del 2011, cerrar la prisión de Guantánamo o acabar con las torturas. En la calle se recuerda la fe musulmana de su padre, su infancia en Indonesia o su segundo nombre, Hussein, cercanos para la gente de a pie.

En la capital saudí, Obama fue recibido por el rey saudí, Abdalá II, el principal aliado estratégico de EEUU en la región junto a Israel. Desde hace más de 50 años, Washington protege a la monarquía absolutista de los Saud y, a cambio, recibe acceso a su petróleo. "Creo que era importante venir a la cuna del islam para escuchar el consejo de Su Majestad y discutir los muchos asuntos a los que nos enfrentamos en Oriente Próximo", dijo Obama.

Pero el protagonismo de la visita de Obama a Riad lo acabó robando Al Qaeda, al lanzar dos mensajes casi simultáneos de sus cabecillas, el saudí Bin Laden y el egipcio, Aymán Al Zauahiri, los primeros que dirigen al nuevo inquilino de la Casa Blanca. En un mensaje grabado y emitido por Al Jazira, Bin Laden acusó a Obama de "seguir los pasos de su predecesor" ordenando una campaña de "asesinatos, bombardeos y destrucción" en el valle del Swat, donde el Ejército paquistaní libra una lucha encarnizada contra el avance talibán.

"CRIMINAL" Su lugarteniente se refirió a Obama como un "criminal" e instó a la población egipcia a rechazar su visita. El vitriólico Al Zauahiri aseguró que el presidente estadounidense ha sido invitado a El Cairo por "los torturadores egipcios" y "los esclavos de América", en alusión al régimen del dirigente egipcio Hosni Mubarak.

Muchos árabes, no solo los fanáticos yihadistas, esperan que Obama dedique hoy algunas palabras a la urgencia de impulsar las reformas democráticas en el mundo árabe. Pero casi nadie cree que su Administración esté dispuesta a adoptar medidas concretas de presión. Hoy más que nunca EEUU necesita el apoyo de las dictaduras árabes.