Una de las grandes esperanzas en la lucha contra los tumores, las enfermedades cardiacas y la falta de órganos para trasplantes recae en una innovación tecnológica desarrollada por un equipo dirigido por Robert Langer, científico del Massachussets Institute of Technology (MIT). Langer ha puesto a punto y ha aplicado con éxito diversos sistemas que permiten liberar medicamentos dentro del cuerpo humano de una forma controlada y en el lugar adecuado, sin efectos secundarios, hitos que este año le han valido el Millenium Technology Prize, considerado el equivalente del Nobel tecnológico, y el Premio Príncipe de Asturias.

La clave está en el diseño de unos innovadores polímeros, largas cadenas de moléculas pesadas compuestas por repetidas unidades estructurales conectadas mediante enlaces químicos. Los polímeros de Langer son capaces de contener en su interior moléculas de medicamentos que, una vez introducidos en el riego sanguíneo, se liberan de forma controlada. Las características físicas de los polímeros pueden modificarse mediante estímulos externos, como impulsos eléctricos, magnéticos o ultrasonidos, de forma que se puede controlar la liberación de medicamentos cuando y donde sea conveniente, y con la dosis necesaria. A partir de esta idea inicial, Langer y su equipo han diseñado un chip que, inyectado en la sangre del paciente, la analiza constantemente para ordenar la liberación del medicamento del interior de los polímeros cuando sea necesario.

Langer y su equipo ya han realizado con éxito tratamientos contra tumores de cerebro, próstata y ovarios. Los resultados muestran que los polímeros liberan lentamente el medicamento de quimioterapia justo en el tumor, es decir, eliminan las células cancerígenas sin dañar lo más mínimo otros órganos y células sanas, todo lo contrario de lo que sucede con los actuales tratamientos de quimioterapia, que no discriminan entre células y afectan a todo el organismo.

Las investigaciones de Langer sobre polímeros no se detienen en la llamada medicación inteligente, sino que han conducido al diseño de biomateriales que permiten crear tejidos artificiales, como piel. La tecnología puede revolucionar el mundo de la medicina. "Es posible --explica Langer-- que con esta técnica podamos crear en el futuro órganos completamente nuevos". Actualmente ya se ha usado con resultados positivos piel artificial generada mediante esta técnica. La idea tras la ingeniería de los tejidos es crear una estructura artificial y temporal de polímeros en la que las células puedan crecer alrededor y en el interior de estos polímeros.