Con cuentagotas y 15 días después del ciclón Nargis , Birmania ha permitido la entrada de los primeros extranjeros: un equipo sanitario tailandés y un seleccionado grupo de diplomáticos a los que la Junta militar ha organizado una visita guiada.

La treintena de sanitarios aterrizaron ayer en Rangún y los diplomáticos de países afines al país asiático sobrevolaron la zona más perjudicada mientras escuchaban cómo la Junta puede organizar la asistencia sin ayuda del exterior.

En este contexto, cuando el Gobierno ya ha reconocido el nuevo número de víctimas mortales, 77.000 --cerca ya de las 100.000 que cifran las organizaciones internacionales, sin contabilizar las 56.000 personas dadas por desaparecidas--, el primer ministro británico, Gordon Brown, cargó ayer contra la Junta militar birmana, a la que advirtió de que será juzgada por la comunidad internacional.

Brown añadió que deberá dar cuenta de su "responsabilidad" en la conversión de un desastre natural en una "catástrofe creada por el hombre".