Las bodas gays dieron ayer un primer paso para convertirse en realidad. El Congreso de los Diputados rechazó por 178 votos frente a 135 las enmiendas presentadas por el PP y por Unió Democr tica de Catalunya (UDC) contra el proyecto de ley del Gobierno. Ahora, el texto tiene que seguir su curso parlamentario. Cuando sea finalmente aprobado, dentro de varios meses, España se unirá a los Estados que ya permiten el matrimonio civil homosexual: Holanda, Bélgica, cinco provincias de Canadá y Massachusetts.

Tanto el PP como UDC se mostraron partidarios de regular la convivencia entre los homosexuales, pero insistieron en que el matrimonio sólo lo deben formar las parejas heterosexuales. El resto de grupos --PSOE, Converg¨ncia Democr tica de Catalunya, ERC, PNV, IU-ICV, BNG y CC-- rechazaron sus propuestas.

El debate fue seguido en la cámara baja por representantes del colectivo gay. Durante su turno, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, aseguró que la equiparación de derechos para gays y lesbianas --incluidos el matrimonio y la adopción-- supone un "cumplimiento honesto de un mandato constitucional". López Aguilar insistió en que las bodas gays "no van contra nadie" ni "perjudican los derechos de los heterosexuales". En su opinión, discriminar a determinadas personas por su orientación sexual "sí que es inconstitucional".

Josep Antoni Duran Lleida (UDC) dijo que su fin es "tratar de manera diversa aquello que es diferente". La más crítica con el proyecto del Ejecutivo fue la representante del PP. Ana Torme habló de "crispación, retroceso y perturbación social".