Alerta en Bolivia. Los conservacionistas están tratando de encontrar un compañera hembra a una rana que temen que sea la última de su especie.

Se trata de Romeo, una rana de agua de Sehuencas que ha estado llamando en vano a una compañera durante los últimos años, aunque cada vez con menos insistencia. Los biólogos calculan que su esperanza de vida es de unos 15 años, así que que ya no le queda mucho tiempo, si se tiene en cuenta que lleva una década en un acuario del Museo de Historia Natural Alcide d'Orbigny de Cochabamba.

Coincidiendo con San Valentín se ha lanzado una campaña de recaudación de fondos a fin de enviar expediciones a los arroyos situados a unos 2 000 o 3 000 metros de altura de los bosques nublados de los Andes orientales para tratar de buscar alguna superviviente o algún renacuajo para que a Romeo no le ocurra como al solitario George, la tortuga gigante de Galápagos que con su muerte puso fin a su especie.

"No queremos que pierda la esperanza -ha asegurado el biólogo Arturo Muñoz-. Continuamos confiando en que habrá otros ejemplares ahí fuera para que podamos establecer un programa de mejoramiento de la conservación y salvar a esta especie". La tarea no es fácil. Especie acuática, la Telmatobius yuracare vive en los arroyos de bosques nublados de Cochabamba y Santa Cruz y solo sale a tierra cuando llueve.