Un jurado del estado de Oregon, en Estados Unidos, ordenó ayer a los Boy Scouts of America pagar una multa de 18,5 millones de dólares (13,8 millones de euros). Esta entidad actuó de manera negligente después de que se denunciaran los abusos sexuales cometidos por uno de sus dirigentes hace dos décadas, según concluyó el tribunal popular que se encargó del juicio.

Fuentes judiciales indicaron que la citada multa se sumará a una indemnización de 1,4 millones de dólares (1,04 millones de euros) que el jurado ordenó que se abonen a Kerry Lewis, un hombre de 38 años que dijo haber sufrido en su infancia abusos por parte de Timur Dikes, un exlíder de la rama escolta de Oregon condenado por la justicia en tres ocasiones a penas de prisión por diferentes delitos de paidofilia.

Los Boy Scouts, que este año celebran su 100º aniversario, negaron en el juicio las acusaciones de negligencia y explicaron que usaban una serie de archivos privados para mantener a los pederastas alejados de sus filas. Sin embargo, los abogados de Lewis sostuvieron que la organización actuó de forma imprudente al permitir que Dykes siguiera asociado al grupo tras confesarle a un obispo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días que abusó de 17 escoltas en el año 1983.

PROTECCION DE LOS MENORES La entidad, que en un comunicado defendió que siempre ha estado muy atenta para proteger a los menores de los casos de pederastia, ya se ha enfrentado en muchas otras ocasiones a denuncias de este tipo. No obstante, la mayoría de ellas se cerraron con acuerdos económicos privados entre la organización y las víctimas de los abusos sexuales. En este último caso, además, la dirección de los Boy Scouts se ha visto obligada a publicar los archivos secretos en que se anotaron las agresiones sexuales dentro de sus filas.