Puede que nunca llegue a saberse cuánto crudo ha escapado en el vertido de BP que arrancó el 20 de abril en el golfo de México. De lo que no cabe ninguna duda es de que BP ha engañado sobre la dimensión del vertido. El calendario del baile de cifras ofrecido hasta ahora por BP es conocido. Pero lo que aún no había salido a la luz es que ya en mayo la propia compañía, cuando hablaba en público de 5.000 barriles, reconocía en documentos internos que podía estar ante los 60.000. Y, peor aún, en un documento entregado al Congreso entonces asumía que, en el peor escenario posible, la cifra podría llegar a los 100.000 barriles diarios. El congresista demócrata Ed Markey sacó a la luz el domingo ese documento. "Por limitar su responsabilidad o por ser enormemente incompetentes, retrasaron una respuesta adecuada a la magnitud del desastre", denunció.

BP respondió que "el peor escenario posible" al que se refería era lo que podía pasar si se retiraba la válvula de seguridad que debía haberse activado tras la explosión, pero falló, y la campana que captura parte del crudo. Argumentan que ninguno de los dos van a retirarse, con lo que la hipótesis pierde sentido.