La Comisión Europea (CE), bajo presión de los sectores ganaderos y de la industria de piensos, propuso ayer recortar drásticamente los controles impuestos en la Unión Europea (UE) para atajar la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida como la enfermedad de las vacas locas . El consumo de carne infectada provoca el desarrollo de la enfermedad cerebral degenerativa de Creutzfeldt-Jakob.

A pesar de reconocer que la enfermedad no está erradicada y que durante el año pasado aún se detectaron 67 casos, el comisario de Salud, John Dalli, defendió eliminar una parte importante de las medidas que han permitido controlar la dolencia, que la pasividad del Gobierno británico y de la propia CE convirtieron en epidémica a finales de la década de los 80.

El Ejecutivo comunitario propuso a los Veintisiete volver a permitir el uso de piensos cárnicos para alimentar al ganado porcino, aves y pescados. La prohibición del uso de piensos cárnicos para alimentar al ganado se introdujo al constatarse que era una de las principales causas de transmisión de la enfermedad.

Dalli quiere ahora limitar la prohibición del uso de piensos procedentes de carne únicamente para los rumiantes y para los animales de la misma especie utilizada en la fabricación del pienso.

De este modo, la Comisión Europea propone ahora que se pueda alimentar a los cerdos con piensos elaborados con carne de aves y a las aves con piensos procedentes de carne porcina, pero no alimentar a los cerdos con carne porcina, ni a las aves con piensos de carne avícola.