La Comisión Europea renunció ayer a vetar las importaciones de aceite de girasol procedente de Ucrania, como había anunciado, pese a los reiterados casos de contaminación con aceites minerales que se han detectado desde hace un mes.

En su lugar, el Ejecutivo comunitario impuso un sistema de control reforzado, que exigirá que cada partida de aceite de girasol procedente de ese país disponga de un certificado que garantice que no contiene niveles de aceite mineral inadecuados para el consumo humano.

CADA PARTIDA DE ACEITE Además de los certificados emitidos por Ucrania, los estados de la UE deberán tomar muestras y realizar análisis de cada partida de aceite de girasol procedente de dicho país.

Cada tres meses tendrán que trasladar a Bruselas los resultados de todos los controles.

La CE volvió a negarse a hacer público el nombre de las empresas de Ucrania cuyo aceite estaba contaminado y Kiev sigue sin descubrir el origen de la contaminación.