Para muchos, estos abogados no son más que tiburones sin escrúpulos capaces de aprovecharse de una tragedia para conseguir suculentas sumas de dinero. Como en todo, también entre estos profesionales hay categorías y maneras de hacer las cosas. Pero más allá de éticas y procedimientos, lo cierto es que la sangre derramada por las 154 personas fallecidas en Barajas ya ha atraído, de momento, a cinco despachos de abogados norteamericanos y británicos, que han visto la posibilidad de reclamar en EEUU a Boeing, el fabricante del avión siniestrado el 20 de agosto. El bufete americano de Ribbeck Law es el primero en lograr la firma de tres familias.

La competencia es tan salvaje que algunos han mejorado sus primeras ofertas. O lo que es lo mismo, han rebajado el porcentaje de su comisión. En EEUU, una compensación económica por una catástrofe aérea de estas características puede alcanzar el millón de dólares (los 700.000 euros) por víctima. El bombardeo de promesas ha empezado a minar la paciencia y la sensibilidad de algunas familias. De hecho, muchas de ellas no hace ni una semana que pudieron enterrar a sus allegados por las dificultades en el proceso de identificación. Una treintena de familias se reunieron anoche en Gran Canaria para discutir las diferentes propuestas que han recibido. "No queremos dejarnos impresionar por estos tiburones. Como ninguno de nosotros tiene prisa en cobrar, es mejor estudiar con tranquilidad las iniciativas antes decidir qué hacemos", explicó un familiar.

De momento, el único despacho que ha publicitado su presencia en España ha sido el de Ribbeck Law. Su denuncia ya ha sido presentada en un juzgado del condado de Cook (Illinois), a favor de María Cabrera, una mujer de Gran Canaria que perdió a sus dos hijas y a una nieta; Elena Fontaner, de Mallorca, que perdió a su madre y a una hermana, y Alassan Puye (Suecia), que perdió a su padre y a una hermana.

Y la manera en que se presentaron los letrados ya dice mucho de su sensibilidad. El fundador del bufete y especialista en la materia, Manuel von Ribbeck, convocó una rueda de prensa en Las Palmas de Gran Canaria al que se acercaron también familiares de otras tres víctimas que viajaban en el JK-5022 para cuestionarle en voz alta que estaban "utilizando" su "dolor" para conseguir dinero. "No entendemos por qué hacen esta rueda de prensa", les recriminaron al término de la misma. Estas personas se negaron a identificarse y a hacer declaraciones.

No fue este el único incidente de la comparecencia. José María Santiago, que se identificó como un estudiante español de Derecho de un colegio universitario de EEUU, interrumpió varias veces la intervención de Von Ribbeck para acusarle de no respetar las normas de la abogacía estadounidense en su caza sin escrúpulos de víctimas. Llegó, incluso, a acusarlo de haber pagado por adelantado a sus clientes para conseguir sus servicios.

Otro importante despacho de Walnut Creed, California, especializado también en tragedias aéreas y que trabaja habitualmente con unos colegas de Gran Bretaña, han designado al reconocido detective americano, Phil Stuto, especializado en la investigación de accidentes aéreos, y a un despacho de detectives español para buscar familias que quieran, igualmente, iniciar un proceso judicial en EEUU.

En sus conversaciones con los afectados, los mediadores entregaron un dosier y un formato de contrato que aconsejan "que estudie" un letrado de confianza de la familia. Pondrán demandas individualizadas dentro de un proceso que se prevé que dure más de un año.