Que tenga 25 hectáreas disponibles, que no haya una especial actividad sísmica y que esté al margen de inundaciones o de cualquier otro contratiempo de carácter natural son prácticamente los únicos requisitos técnicos que debe cumplir el municipio que aspire a acoger el almacén temporal centralizado (ATC), el silo en donde en un futuro próximo se guardarán los residuos que producen las centrales nucleares españolas. "Prácticamente todo el territorio es válido", reitera el Ministerio de Industria. El problema, claro está, es otro: la aceptación popular. "El acuerdo debe ser transparente y voluntario", dice Enresa, la empresa pública encargada de los residuos radiactivos.

Industria dice haber recibido "decenas de solicitudes de información", pero aún no se ha postulado candidato o presentado una firme petición.

El alcalde de Peque (Zamora), Rafael Lobato, primero en ofrecer públicamente su pueblo, ha dado marcha atrás. Ante la cólera de sus vecinos, manifestaciones como la convocada ayer por Greenpeace y la dimisión de dos concejales, ha matizado que se postuló "a titulo personal".

Según Industria y Enresa, albergar el ATC tiene atractivos de sobra: una inversión inicial de 540 millones de euros y trabajo para 300 personas durante la construcción y 100 --20 serán científicos-- cuando esté operativo. Los candidatos tienen hasta el 27 de septiembre para presentar su solicitud oficial.

El ministerio prevé que el ATC entre en funcionamiento en el 2010, como muy tarde, ya que a partir de ese año empezarán a rebosar las piscinas aislantes de las centrales donde se almacena el combustible gastado.