La policía ya tiene sospechosos para el triple crimen de Sant Juli de Ramis (Giron¨s). Los Mossos d´Esquadra trabajan con la hipótesis de que los presuntos autores fueron los inquilinos de la casa donde el sábado aparecieron los cadáveres carbonizados de tres hombres. Los inquilinos son dos hombres y una mujer extranjeros. La autopsia practicada confirmó que las víctimas fueron abatidas a tiros y acto seguido las metieron en un agujero expresamente cavado en el jardín de la finca. Después les prendieron fuego.

Para esclarecer los asesinatos, los agentes empezaron por averiguar quién residía en la casa. Las primeras pesquisas revelaron que ninguno de los tres cadáveres correspondía a las personas que habían alquilado la propiedad. De hecho, estos tres sujetos habían desaparecido. Los mossos dirigieron hacia ellos la investigación. Comprobaron que los inquilinos eran una pareja y un tercer hombre, y tramitaron una orden de búsqueda y captura a todos los cuerpos policiales.

AJUSTE DE CUENTAS La finca del barrio de la Garriga de Sant Juli se compone de dos viviendas y un gran jardín. En una de estas casas vivía un hombre de nacionalidad lituana y una mujer francesa, con sus dos hijos: un niño de 6 o 7 años y un bebé de pocos meses. En la otra, el otro sospechoso, originario de un país del Este de Europa. El propietario de esta parcela, un vecino del municipio, se la había alquilado hace muy pocos días, el 1 de junio.

A pesar de que todavía se ignoran muchas circunstancias sobre el crimen, lo más probable es que las víctimas y sus asesinos se conociesen. Fuentes próximas al caso señalaron que se trataría de un ajuste de cuentas entre bandas de delicuentes.

Los médicos forenses realizaron durante todo el día de ayer la autopsia a los tres cuerpos en los juzgados de Girona. Como las víctimas estaban parcialmente carbonizadas, la tarea resultó complicada. Sí se pudo determinar que murieron a consecuencia de varios disparos. Los cadáveres, que estaban semidesnudos, pertenecían a hombres de mediana edad, uno de los cuales era de origen árabe. Estaban dentro de un hoyo cavado en el jardín de la finca, cubierto por palés de madera y uno de ellos tenía las manos atadas a la espalda.

Inmediatamente después del crimen, los sospechosos huyeron. La policía autonómica activó la denominada operación jaula, que consiste en incrementar la vigilancia en carreteras y aeropuertos para impedir que los asesinos puedan llegar muy lejos. Una circunstancia que podría jugar en contra de la mujer buscada por la policía es que tiene dos menores. Por ese motivo está mucho más limitada a la hora de moverse y tratar de evitar a sus perseguidores.

La finca está en un punto muy bien comunicado. La autopista AP-7 pasa a escasos metros, además de la C-66 y N-2.