Los buzos de Salvamento Marítimo lograron ayer sellar completamente las fugas del buque hundido el miércoles a dos kilómetros de las playas de Ibiza. La reparación de la tubería rota del mercante Don Pedro impidió que saliese más fuel de los depósitos del barco y permitió que los esfuerzos de los operarios se volcasen en controlar la marea negra y limpiar de chapapote las tres playas ibicencas que permanecen cerradas al público.

Como consecuencia de los trabajos, la mancha de cinco kilómetros de largo y uno de ancho quedó reducida a un reguero de combustible que se dirigía a última hora de ayer hacia la playa de En Bossa. Los esfuerzos se centran ahora en evitar que el combustible llegue al parque natural de Ses Salines, un auténtico vergel submarino declarado Patrimonio de la Humanidad que está a solo dos kilómetros de esa playa amenazada.

A MANO Y CON PALAS La ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, anunció a bombo y platillo que entre las playas de Talamanca y Figueretes y el buque hundido ya no había "contaminante". Los empleados de la empresa pública Tragsa se pasaron todo el día recogiendo a mano y con palas los pegotes de fuel que impregnaban las rocas y la arena de la playa.

Algunos turistas les preguntaban cuándo iban a poder bañarse otra vez, pero ellos se encogían de hombros y murmuraban que la cosa podía ir "para largo", incluso "para un mes". El dueño de uno de los restaurantes a pie de playa opinaba, desesperado, que "al ritmo" que iban los trabajos llegaría agosto y todavía no habrían terminado de limpiar toda la arena.

La ministra se mostró bastante más optimista y habló de "unos días" para que las playas recuperen la normalidad. "Es muy difícil aventurar un plazo porque dependemos de los vientos y del estado del mar, pero yo creo que no se llegará de ningún modo a las dos semanas. Puede ser dentro de unos días, de una semana...", explicó. Lo importante, según anunció, es que se habían cegado totalmente las vías de escape del fuel con el sellado de la tubería rota.

El paso siguiente es extraer el combustible de los depósitos del buque de acuerdo con un plan que tendrá que presentar la naviera Iscomar y que deberá aprobar el ministerio. Mientras se pacta ese modus operandi, los buzos harán tres revisiones diarias para comprobar que no se producen más escapes.

Alvarez se reunió por la mañana con los empresarios turísticos de la isla para transmitirles tranquilidad. "En la reunión ha habido un ambiente magnífico. Me han dicho que quieren que se dé una buena información sobre el asunto para salvar la imagen de Ibiza", precisó. Pues dicho y hecho. La ministra se aplicó el cuento y por la tarde dio una rueda de prensa rebosante de optimismo. "Ibiza no corre peligro de que se empiecen a cancelar reservas turísticas", proclamó.

"Debe quedar claro que de los 150 kilómetros de litoral que tiene la isla solo están afectados cinco y que de sus 50 playas solo están cerradas tres", recor- dó. En ese sentido, destacó el "enorme esfuerzo" que el Govern y el Gobierno habían hecho para sacar del mar las 30 toneladas de fuel que se llevaban extraídas ayer (el buque cargaba 150 toneladas). "Tenemos 145 operarios trabajando y hemos puesto ya unos 2.700 metros de barreras absorbentes para controlar la marea", dijo. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se desplazará a la isla mañana.