La revisión de las protestas sociales de 1968 y el análisis metafórico del progreso tecnológico forman los hilos conductores de la última novela de la escritora A. S. Byatt, La mujer que silba , un libro con el que la autora, una vez más, y a pesar de ser "mujer e inglesa", procura "salir afuera a buscar la verdad".

Pero esta búsqueda es infructuosa en la mayoría de los casos, por no decir siempre, reconoció luego en una reducida conferencia de prensa que celebró ayer en Madrid para presentar la novela.

Enemiga acérrima de las entrevistas individuales, que prohíbe para evitar asuntos de índole personal, Antonia Susan Byatt (cuya hermana, también profesora y escritora, no puede nombrarse en las entrevistas bajo amenaza de marcharse) constituye una de las voces narrativas más prestigiosas de la actualidad británica.

La mujer que silba , que edita Emecé, completa la historia de la alter ego de la escritora, Frederica Potter, una profesora de literatura que súbitamente se convierte en conductora de un programa de televisión.

En el trayecto, Potter aparece atrapada en un mundo compuesto por conferencias científicas, comunas hippies, una televisión que, cuando menos, no era entonces tan "boba", matizó, y múltiples alusiones científicas. La novela es el cuarto y último título de una tetralogía que comenzó en 1978, toda ella protagonizada por Frederica.