María Rubio, una cacereña de 23 años, ha contado a este diario cómo fueron los momentos de pánico que se vivieron en Duisburgo. Esta estudiante de Ciencias del mar en Cádiz está de Erasmus en Bremes, una ciudad alemana situada a cuatro horas de la localidad donde se celebró el fatídico festival de Love Parade. "Iba a ver cómo era el ambiente, pero después de lo que ha pasado no me quedan ganas de repetir", confesó.

"Cuando llegamos acababa de ocurrir la estampida, y la gente corría en sentido contrario a la entrada. No sabíamos qué pasaba", contó María Rubio. La confusión y la falta de información alimentaron el pánico de la gente que se dirigía a las estaciones de trenes y autobús. "Pregunté a varios policías qué pasaba y cada uno respondía una cosa diferente. Unos decían que el festival seguía, que no pasaba nada; otros, que habían fallecido siete personas... ya no sabíamos qué creer". Rubio cuenta que ella y su grupo de amigos, también erasmus, se dirigieron a la estación de tren sobre las ocho de la tarde para intentar salir de allí. Cuando entraron, "había una aglomeración de gente con la ropa rota y sucia, algunos, incluso, sin zapatos", comentó. Hubo tal cantidad de personas que tuvieron que poner trenes de refuerzo, pues la gente se estaba alterando. Incluso las fuerzas de seguridad desplegaron un dispositivo con el fin de repartir botellas de agua entre los viajeros que esperaban. "Lo peor era la confusión y que, al estar en otro país, no entendíamos bien todo lo que decían, únicamente veíamos sus caras de pánico", añadió la estudiante cacereña.

A las doce y media consiguieron subir a un tren, y dos horas después, en un transbordo en la ciudad de Münster, conocieron al grupo de españoles amigos de las dos fallecidas de Cataluña. "Vimos que eran españoles y que estaban llorando. Nos acercamos a preguntar y nos contaron que acaban de recibir una llamada del hospital diciéndoles que su amiga había fallecido". Otra de sus amigas estaba desaparecida. "Más tarde nos enteramos de que era la segunda fallecida", explicaron María Rubio y sus compañeros Carlos, Miriam y Jorge.