La señora Justa está a punto de cumplir los 95 y da su paseíto matinal por las calles de Peñaparda. La señora Justa viste de negro, camina encorvadita y sigue siendo tan coqueta como hace un siglo: posa para la foto y deja claro que no es la más anciana de este pueblo salmantino. "Yo tengo 94, pero las hay de 100... Será el frío, que conserva muy bien".

En el puerto de Perales está la primavera cumplida, pero cruzas el alto, saltas de Cáceres a Salamanca y el paisaje regresa al invierno. La frontera entre las comarcas extremeña de Sierra de Gata y castellana de Alto Agueda no separa a las gentes, pero es un tajo implacable en la historia reciente, en la prosperidad económica y en las perspectivas.

"Es que subes 600 metros y cambian la agricultura y otras cosas", comenta Maribel, propietaria con su marido del mesón El Castillo en Peñaparda. Alto Agueda y Sierra de Gata agrupan el mismo número de pueblos: 19. Hace 30 años, tenían unos índices de población parecidos: 29.2 habitantes por kilómetro cuadrado en la comarca cacereña y 28.5 en El Rebollar, los pueblos salmantinos limítrofes con Cáceres. Hoy, en Gata hay 25.805 ciudadanos (20.5 por kilómetro cuadrado). En el Alto Agueda, 6.279 (7.4 habitantes por kilómetro cuadrado).

A MIL METROS "Aquí no hay vid ni olivo como en Gata. Vivimos de los aserraderos, de las vacas y las ovejas", explica Maribel mientras dispone exquisitas piezas de cordero y cochinillo sobre brasas de roble. Los pueblos cacereños están situados a 250-300 metros y permiten ricas cosechas de uva y aceituna. Pero al otro lado de la frontera provincial, El Payo domina la llanura desde sus 934 metros, la señora Justa lleva una vejez muy sana a 860 metros en Peñaparda, Navasfrías está a 902, Villasrubias, a 849... Demasiada altitud para los primores agrícolas.

Parte de los términos municipales de la microcomarca de El Rebollar perteneció en el pasado a la provincia de Cáceres e incluso un pueblo, Navasfrías, fue cacereño según la página web del pueblo (no consta así en los tratados geográficos que hemos consultado). Salvo la carretera que lleva a Ciudad Rodrigo y a Navasfrías por El Payo, el resto no tiene comparación con las buenas carreteras de Gata. En los pueblos se ve poco ajardinamiento y algunas calles están descuidadas.

En El Rebollar se mira a los vecinos cacereños con ironía retorcida como se demuestra en los gentilicios populares: llaman zarabatus a los de Valverde y Eljas, mataviejinus a los de San Martín de Trevejo, matanchinis a los de Gata y también falsus (Cadalso), brutus (Robledillo de Gata) y panzonis (Descargamaría). Con estos últimos, Ciudad Rodrigo pleiteó y perdió en 1495, 1576 y 1855 por el Treviño extremeño, las tierras del llamado Baldío, un valle rico en pastos, fuentes, madera, resina, caza y pesca que pertenece al municipio de Descargamaría, pero está en tierras salmantinas, en Robleda.

La estadística es concluyente. Partiendo de cifras parecidas en 1950, en el Alto Agueda los pueblos tienen hoy una población media de 330 habitantes mientras en Gata sube a 1.400. En El Rebollar, en los últimos tres años, los cinco pueblos han perdido población. E incluso Fuenteguinaldo, la capital del Alto Agueda, ha pasado de 992 habitantes en 1999 a 890 en 2003. En Gata, por el contrario, en 2001 había 742 ciudadanos más que en 1991 y en 13 de los 19 pueblos había aumentado la población.

"Esto es parecido a Extremadura, pero como hacemos media con Castilla y León pues no tenenos ayudas europeas. Y luego está lo del PER, que aquí no tenemos y los jóvenes se van. Antes en Peñaparda había 12 bares, hoy hay cuatro y funcionan dos. Nosotros queríamos hacer una casa rural, pero no hay ayudas", se lamenta Maribel.

En la extensa zona entre el Tormes y Cáceres, alrededor de Ciudad Rodrigo, hay 17 casas rurales. Sólo en Gata se cuentan 33 y varios hoteles. Sin embargo, el Alto Agueda no tiene nada que envidiar a la zona extremeña: ríos, bosques, rutas de senderismo y la presencia de un bioindicador tan exigente como el liquen. Sin embargo, el único turismo intenso es el de campamentos veraniegos.

La industria más importante es la de la madera. Hay un aserradero en cada pueblo. En Peñaparda venden quesos artesanos y en El Payo se distinguen dos fábricas de embutidos. Repasando la prensa salmantina, se percibe que la comarca del Alto Agueda aparece en los periódicos sobre todo para anunciar la celebración de cursos de geriatría. Aunque como certifica la señora Justa, la mejor geriatría del Alto Agueda sea el frío.